lunes, 14 de enero de 2013

Inconstitucionalidad de la propuesta de definición de abuso de posición dominante en el proyecto de Reglamento de Aplicación de la Ley General de Defensa a la Competencia. Por: A. Noboa (anoboa@npa.com.do)Unconstitutionality of the proposed definition of abuse of a dominant position in the draft Implementing Regulations of the General Law of Competition Defense. By: A. Noboa


N  O  B   O   A    P  A  G  Á  N   A  B  O  G  A  D  O  S

ACTUALIDAD REGULATORIA BOLETIN INFORMATIVO

14 de  enero 2013, Sto. Dgo., R.D., AñoV, Volumen I

 

Inconstitucionalidad de la propuesta de definición de abuso de posición dominante en el proyecto de Reglamento de Aplicación de la Ley General de Defensa a la Competencia. Por: A. Noboa (anoboa@npa.com.do)
 
Texto propuesto:
“Art. 6. Del abuso de posición dominante. Las conductas listadas en el Art. 6 de la Ley son de carácter enunciativo, y las mismas incluyen fijar precios predatorios, así como provocar artificialmente el aumento de los costos de los agentes económicos”.
 
La inclusión del Art.6 del Proyecto, constituye una gravísima violación al orden constitucional, por violentar de manera gruesa el Principio de Tipicidad, consagrado en la Carta Magna y de amplio arraigo en la cultura jurídica dominicana, de origen romano-germánico a través de la máxima jurídica, Nullum crimen, nulla poena sine praevia lege, conocidísimo principio general del Derecho.
 
El Literal 7 del ya citado Art. 69 de la Constitución establece que:
“Art. 69.7 de la Constitución. Ninguna persona podrá ser juzgada sino conforme a las leyes preexistentes, al acto que se le imputa, ante el juez o tribunal competente y con observancia de la plenitud de las formalidades propias de cada juicio.”
 
El Principio de Legalidad impone, pues, la “exigencia material absoluta de predeterminación normativa de las conductas y de las sanciones correspondientes, exigencia que… afecta a la tipificación de las infracciones, a la graduación y escala de las sanciones y a la correlación entre unas y otras, de tal modo que… el conjunto de las normas aplicables permita predecir, con suficiente grado de certeza, el tipo y el grado de sanción susceptible de ser impuesta” (Sentencia constitucional de 29 de marzo de 1990).
 
Así lo declara hoy el artículo 129 LPC, que, consecuentemente, concluye que “las normas definidoras de infracciones y sanciones no serán susceptibles de aplicación analógica”. La tipicidad es, pues, la descripción legal de una conducta especifica a la que se conectará una sanción administrativa. La especificidad de la conducta a tipificar viene de una doble exigencia: del principio general de libertad, sobre el que se organiza todo el Estado de Derecho, que impone que las conductas sancionables sean excepción a esa libertad y, por tanto, exactamente delimitadas, sin ninguna indeterminación (y delimitadas, además, por la representación democrática del pueblo a través de las leyes: STC 137/1997); y, en segundo término, a la correlativa exigencia de la seguridad jurídica (Art. 9.3 de la Constitución), que no se cumpliría si la descripción de lo sancionable no permitiese un grado de certeza suficiente para que los ciudadanos puedan predecir las consecuencias de sus actos (lex certa).[1]
 
No caben, pues, cláusulas generales o indeterminadas de infracción que “permitirían al órgano sancionador actuar con un excesivo arbitrio y no con el prudente y razonable que permitiría una especificación normativa” (término de la misma Sentencia Constitucional de 29 de marzo de 1990).[2]
 
Hace 5 meses que Pro-Competencia recibió los comentarios de partes con interés, sobre el proyecto de reglamento. Todavía no se han convocado a las mismas a sesiones de trabajo o audiencias para su discusión.
 
En todo caso, se impone la eliminación total del Art. 6 del Proyecto, tanto por su pretendida inclusión de los precios predatorios como tipo punitivo, así como por la pretensión de abrir un abanico indeterminado de posibilidades de persecución por alegado abuso de posición dominante, por controvertir el Principio de Tipicidad de amparo constitucional, según la regla consagrada en el Art. 69.7 de la Carta Magna, por demás un principio general de derecho de amplio arraigo, conocido como Nullum crimen, nulla poena sine praevia lege.
 
Unconstitutionality of the proposed definition of abuse of a dominant position in the draft Implementing Regulations of the General Law of Competition Defense. By: A. Noboa (anoboa@npa.com.do)
 
 
Proposed text:
"Art 6. Abuse of a dominant position. The behaviors in Article 6 of the Law are listed without limitation, and these include predatory pricing, as well as artificially causing increases in the costs of economic agents. "
 
The inclusion of Art. 6 of the Draft Implementing Regulations constitutes a serious violation of the constitutional order, by violating the Principle of ‘Typicity**[3], enshrined in the Constitution and deeply rooted in the Dominican legal culture, of Roman-Germanic origin, through the legal maxim, Nullum crimen, nulla poena sine praevia lege, a well-known general principle of law.
 
Literal 7 of the aforesaid Article 69 of the Constitution provides that:
"Art 69.7 of the Constitution. No person shall be tried except under existing laws, predating the act of which they are charged, before the competent court and the following the full observance of the due process of each trial. "
 
The Principle of Legality therefore imposes the "absolute material requirement that all conducts and appropriate penalties shall be defined by law beforehand, requirement that... affects the constitution of the infringement, the graduation and scale of fines and the correlation between one and the other, so that ... the set of applicable rules allows the individual to predict, with sufficient certainty, the type and level of sanctions that could be imposed" (Constitutional Ruling March 29, 1990).
 
This is recognized in Article 129 LPC today, which consequently concludes that "the rules defining offenses and penalties are not susceptible of analogy." ‘Typicity’** is thus the legal description of a specific conduct that will be linked to an administrative penalty. The specificity of the conduct to be defined comes from a dual requirement: the general principle of freedom, around which revolves the rule of law, which requires that punishable conducts are an exception to this freedom and, therefore, precisely defined, without vagueness (and bounded, also, by the democratic representation of the people, through laws: STC 137/1997), and, secondly, to the correlative requirement of legal certainty (Article 9.3 of the Constitution), which would not be met if the description of the punishable act does not allow a degree of certainty, sufficient to enable citizens to predict the consequences of their actions (lex certa). [4]
 
Therefore we cannot allow general or vague infringement clauses, which "would permit the sanctioning body to act with excessive discretion and not with prudence and reasonableness that a specific normative would allow" (from the same Constitutional Ruling of March 29, 1990).
 
It has been 5 months since Pro-Competencia received comments from interested parties on the draft regulations. However, work sessions or hearings for discussion of the proposed document have yet to be called.
 
In any case, the total elimination of Article 6 of the draft implementing regulations prevails, both for pretending to include predatory pricing as a punishable conduct, as well as for aiming to open an indeterminate range of possibilities of persecution for alleged abuse of dominant position, for infringing the constitutional Principle of ‘Typicity’, as stated in Article 69.7 of the Constitution, furthermore a deeply rooted general principle of law, known as Nullum crimen, nulla poena sine praevia lege.

 

Angélica Noboa Pagán

2 de enero de 2013

 

 

 

 



[1] García de Enterría, Ob. Cit., Pág. 177.
[2] Ibid.
[3] **There are no equivalent English terms for “principio de tipicidad”. Some close terms are “principle that there must be a legal basis” (Opinion of Advocate General Ruiz-Jarabo, 13 February 2003, Case C-56/02, para 51), or “principle of accessibility” (Kafkaris v Cyprus Judgment 12 February 2008 para 140).
[4] García de Enterría, Ob. Cit., Pág. 177.

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