La semana pasada, el Buró de Competencia de la Comisión Federal del Comercio de los Estados Unidos de América, inició una investigación preliminar contra el imperio Google. La decisión de iniciar la investigación por parte de la CFC, tiene distintos orígenes. Por un lado, el Buró de Competencia venía monitoreando las actividades corporativas de la empresa, en lo que respecta a las adquisiciones de otras empresas así como los acuerdos a los que estaba arribando con otras cuantas. Asimismo, el monitoreo, también recaía sobre sus directivos, y el perfil corporativo de ellos, dando al traste con duplicidad de funciones en compañías directamente competidoras. Finalmente, quejas, y acusaciones de la compañía Microsoft por prácticas anticompetitivas.
A la fecha, lo cierto y publicitado, ha sido la apertura de la investigación, el órgano regulador que encabezará la misma (la CFC y no el Departamento Federal de Justicia de los Estados Unidos como se pensaba en un inicio), así como también la disposición de Google de cooperar con la auditoría interna ya comunicada oficiosamente por el órgano regulador, y con todo el proceso. En este tenor, Google indica que no teme a las investigaciones y que Microsoft en su década (los 90’s), también pasó por circunstancias parecidas, todo debido al crecimiento vertiginoso de la empresa. De su lado, la CFC ha ido dejando entender cuál es la línea de investigación, aunado ello a informaciones que se han ido filtrando, entre las que se encuentran, distintas investigaciones fiscales previas realizadas a Google por la compra de empresas como AdMob y DoubleClick. De igual tinta, la participación y financiamiento del navegador Firefox, y Chrome (recordando la existencia de Safari como parte del imperio Google), y la lista se extiende a iPhoto, Picasa, G1, iPhone, YouTube, iTunes, Google Calendar y MobileMe.
Poco a poco se torna más claro el panorama en el que, pudiéramos predecir que la CFC olfatea acuerdos prohibidos, colusión, y construcción de un camino más allanado al monopolio total del mercado relevante por parte de Google, y claro, Apple. Sobre todo si se toma en cuenta que, otro de las razones por las que se inicia la investigación, y que ha salido a relucir, es la participación de Eric Schmidt, CEO de Google, y también de Arthur Levinson, quienes forman parte de ambos Consejos Directivos, tanto de Google como de Apple. En adición, y como investigación aparte, la división Antimonopolio del Departamento de Justicia de Estados Unidos, ha hecho pública otra investigación derivada del poderío que tiene Google en el apartado de los buscadores en línea y el nexo del buscador con la publicidad, esta investigación se llevará a cabo de manera paralela por violación a la Ley Federal. “Este no es un caso trivial” fueron las palabras de Marc Schildkraut, abogado de Dewey & LeBoeuf en Washington y quien fuere ex director adjunto de la CFC años atrás. Añadió que este es el comienzo de un largo proceso, con lo cual, personalmente estamos de acuerdo. Sobre todo, por las implicaciones corporativas del caso. Google, como imperio, ha realizado una serie de Joints Ventures, ha financiado innumerables proyectos de pequeñas empresas asociadas, y ha generado un esquema de enlace de navegación y publicitario, único en su especie.
Su amistad corporativa y/o alianza con Apple (hasta ahora no documentada como legal y jurídica en términos de asociación o afiliación), es un arma comercial ventajosa en su competencia con Microsoft. Es así que, la complejidad de esta investigación es abismal. Nuestra Ley No. 42-08 General sobre Defensa de la Competencia, acertadamente consagra las figuras principales de la lucha antimonopolio y de las prácticas anticompetitivas que, todo órgano regulador debe, de manera preventiva, monitorear. Entre ellas, y apropósito de este caso, la tipificación del Abuso de Posición Dominante, Colusión, así como la configuración y requisitos para clasificar determinados acuerdos como “acuerdos prohibidos” entre empresas competidoras.
A la fecha, lo cierto y publicitado, ha sido la apertura de la investigación, el órgano regulador que encabezará la misma (la CFC y no el Departamento Federal de Justicia de los Estados Unidos como se pensaba en un inicio), así como también la disposición de Google de cooperar con la auditoría interna ya comunicada oficiosamente por el órgano regulador, y con todo el proceso. En este tenor, Google indica que no teme a las investigaciones y que Microsoft en su década (los 90’s), también pasó por circunstancias parecidas, todo debido al crecimiento vertiginoso de la empresa. De su lado, la CFC ha ido dejando entender cuál es la línea de investigación, aunado ello a informaciones que se han ido filtrando, entre las que se encuentran, distintas investigaciones fiscales previas realizadas a Google por la compra de empresas como AdMob y DoubleClick. De igual tinta, la participación y financiamiento del navegador Firefox, y Chrome (recordando la existencia de Safari como parte del imperio Google), y la lista se extiende a iPhoto, Picasa, G1, iPhone, YouTube, iTunes, Google Calendar y MobileMe.
Poco a poco se torna más claro el panorama en el que, pudiéramos predecir que la CFC olfatea acuerdos prohibidos, colusión, y construcción de un camino más allanado al monopolio total del mercado relevante por parte de Google, y claro, Apple. Sobre todo si se toma en cuenta que, otro de las razones por las que se inicia la investigación, y que ha salido a relucir, es la participación de Eric Schmidt, CEO de Google, y también de Arthur Levinson, quienes forman parte de ambos Consejos Directivos, tanto de Google como de Apple. En adición, y como investigación aparte, la división Antimonopolio del Departamento de Justicia de Estados Unidos, ha hecho pública otra investigación derivada del poderío que tiene Google en el apartado de los buscadores en línea y el nexo del buscador con la publicidad, esta investigación se llevará a cabo de manera paralela por violación a la Ley Federal. “Este no es un caso trivial” fueron las palabras de Marc Schildkraut, abogado de Dewey & LeBoeuf en Washington y quien fuere ex director adjunto de la CFC años atrás. Añadió que este es el comienzo de un largo proceso, con lo cual, personalmente estamos de acuerdo. Sobre todo, por las implicaciones corporativas del caso. Google, como imperio, ha realizado una serie de Joints Ventures, ha financiado innumerables proyectos de pequeñas empresas asociadas, y ha generado un esquema de enlace de navegación y publicitario, único en su especie.
Su amistad corporativa y/o alianza con Apple (hasta ahora no documentada como legal y jurídica en términos de asociación o afiliación), es un arma comercial ventajosa en su competencia con Microsoft. Es así que, la complejidad de esta investigación es abismal. Nuestra Ley No. 42-08 General sobre Defensa de la Competencia, acertadamente consagra las figuras principales de la lucha antimonopolio y de las prácticas anticompetitivas que, todo órgano regulador debe, de manera preventiva, monitorear. Entre ellas, y apropósito de este caso, la tipificación del Abuso de Posición Dominante, Colusión, así como la configuración y requisitos para clasificar determinados acuerdos como “acuerdos prohibidos” entre empresas competidoras.
"Federal Trade Commission of the United States investigates GOOGLE"
By: Juan Carlos Coiscou P. / Associate Lawyer / Master of Tort Law
Last week, the Bureau of Competition of the Federal Trade Commission (FTC) of the United States of America, began a preliminary investigation against the Google empire. The decision to initiate an investigation by the FTC has different origins. On the one hand, the Bureau of Competition had been monitoring the company's corporate activities, with respect to the acquisitions of certain companies and agreements to which it was arriving with a few others. Moreover, it was also monitoring its directors, and their corporate profile, stumbling upon duplicity of functions in directly competitive companies. Finally, complaints and accusations from Microsoft for anticompetitive practices.
Thus far, what is certain and public has been the initiation of the investigation, the regulator which will lead it (the FTC and not the United States Department of Justice as initially thought), as well as Google's willingness to cooperate with the internal inquiry, which has been formally notified by the regulatory body, and the whole process. Furthermore, Google indicates that it is not worried by the investigation and that Microsoft in the 90's also went through similar circumstances, primarily due to the rapid growth of the company.
In turn, the FTC has hinted as to what the scope of the research might be, this coupled with information that has been leaked, among which are previous investigations against Google for the acquisition of companies such as AdMob and DoubleClick. Equally, the participation and funding of Firefox, and Chrome (recalling the existence of Safari as part of the Google empire) and the list extends to iPhoto, Picasa, G1, iPhone, YouTube, iTunes, Google Calendar and MobileMe.
Gradually, the picture becomes clearer, enabling us to predict that the FTC sniffs at prohibited agreements, collusion, and the construction of a well paved path to the total monopoly of the relevant market by Google and, of course, Apple. Especially if one considers that another reason why the investigation began, and has come to light, is the participation of Eric Schmidt, Google CEO, and Arthur Levinson, who are part of both Boards of Directors, both Google and Apple.
In addition, and as a separate investigation, the Antitrust Division of the Department of Justice has made public another investigation regarding Google’s dominance in the online search engines and search engine links with advertising businesses, this investigation will be carried out in parallel for violation of federal law. "This is not a trivial matter" were the words of Marc Schildkraut, a lawyer with Dewey & LeBoeuf in Washington and who was former deputy director of the FTC years ago. He added that this marks the beginning of a long process, with which we personally agree. Mostly because of the corporate implications of the case. Google, as an empire, has made a number of joint ventures, has funded many projects associated with small businesses, and generated a linked navigation and advertising scheme, unique in its kind.
Its corporate relationship and / or alliance with Apple (so far not documented as legal in terms of association or affiliation), is a valuable trade weapon in its competition with Microsoft. Thus, the complexity of this research is abysmal.
Our General Competition Law, No. 42-08, fittingly establishes the leading figures of antitrust and anticompetitive practices that all regulatory bodies should, preventively, monitor. Among them, and concerning this case, the definition of abuse of a dominant position, collusion, and the configuration and requirements for certain agreements to be classified as "prohibited agreements" among competitors.
Thus far, what is certain and public has been the initiation of the investigation, the regulator which will lead it (the FTC and not the United States Department of Justice as initially thought), as well as Google's willingness to cooperate with the internal inquiry, which has been formally notified by the regulatory body, and the whole process. Furthermore, Google indicates that it is not worried by the investigation and that Microsoft in the 90's also went through similar circumstances, primarily due to the rapid growth of the company.
In turn, the FTC has hinted as to what the scope of the research might be, this coupled with information that has been leaked, among which are previous investigations against Google for the acquisition of companies such as AdMob and DoubleClick. Equally, the participation and funding of Firefox, and Chrome (recalling the existence of Safari as part of the Google empire) and the list extends to iPhoto, Picasa, G1, iPhone, YouTube, iTunes, Google Calendar and MobileMe.
Gradually, the picture becomes clearer, enabling us to predict that the FTC sniffs at prohibited agreements, collusion, and the construction of a well paved path to the total monopoly of the relevant market by Google and, of course, Apple. Especially if one considers that another reason why the investigation began, and has come to light, is the participation of Eric Schmidt, Google CEO, and Arthur Levinson, who are part of both Boards of Directors, both Google and Apple.
In addition, and as a separate investigation, the Antitrust Division of the Department of Justice has made public another investigation regarding Google’s dominance in the online search engines and search engine links with advertising businesses, this investigation will be carried out in parallel for violation of federal law. "This is not a trivial matter" were the words of Marc Schildkraut, a lawyer with Dewey & LeBoeuf in Washington and who was former deputy director of the FTC years ago. He added that this marks the beginning of a long process, with which we personally agree. Mostly because of the corporate implications of the case. Google, as an empire, has made a number of joint ventures, has funded many projects associated with small businesses, and generated a linked navigation and advertising scheme, unique in its kind.
Its corporate relationship and / or alliance with Apple (so far not documented as legal in terms of association or affiliation), is a valuable trade weapon in its competition with Microsoft. Thus, the complexity of this research is abysmal.
Our General Competition Law, No. 42-08, fittingly establishes the leading figures of antitrust and anticompetitive practices that all regulatory bodies should, preventively, monitor. Among them, and concerning this case, the definition of abuse of a dominant position, collusion, and the configuration and requirements for certain agreements to be classified as "prohibited agreements" among competitors.
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